La noticia es sencillamente espeluznante (http://www.20minutos.es/noticia/313907/0/aborto/clinica/abortistas/), pero más espeluznantes aún son los comentarios de algunas de las personas que han escrito sobre ella. Ante la información que se publica en el artículo, haciendo referencia a que los médicos de Ginemedex se prestaban a practicar abortos a embriones de hasta 8 meses, y ante la descripción de como después trituraban y hacían desaparecer "los restos humanos, ya convertidos en una masa de pasta" a través de un "desagüe similar al del inodoro", algunos pseudo-hippies, que seguro que son de los que después se manifiestan en contra de las corridas de toros (es que hay que joderse), sólo han tenido la ocurrencia de esgrimir como argumento frases de la siguiente ralea:
- "Estoy de acuerdo en que detener a esos médicos es un atentado contra el derecho al aborto."
- "Deberian dar una medalla a estos médicos por evitar que esas mujeres destrocen sus vidas y por evitar que vengan todos esos potenciales niños a esta mierda de sociedad."
-"Nosotras parimos nosotras decidimos."
-"Aborto legal y gratuito en la sanidad ya."
Mi punto de vista particular, y por lo tanto subjetivo, es que el aborto debería estar extrictamente prohibido salvo en caso de violación o de existencia de riesgos para la salud de la mujer. Es decir, más o menos como está legislado...pero heciéndose cumplir la ley.
No obstante, no hace falta hilar tan fino para desear que, en su momento, sus padres hubiesen pensado igual que ellos y habernos librado así de la particular visión sobre los derechos humanos de sus desagraciados descendientes. Siendo atrevidamente perverso, se puede pensar que aún hay tiempo, y si yo fuera como ellos y ellos se vieran con la suficiente testosterona o progesterona para hacerlo, les recomendaría ferviertemente que predicasen con el ejemplo y, sin ningún tipo de complejos, se abortasen a sí mismos.
Dicho ésto, con más corazón que cabeza, llega la hora de los argumentos de verdad.
En primer lugar hay que decir que, de los infinitos motivos que a una mujer se le pueden ocurrir para querer abortar, ésto sólo se convertirá en un derecho si se corresponden con alguno de los tres supuestos estipulados por ley. Es decir, embarazo a consecuencia de una violación, embarazo que suponga un riesgo para la salud física de la mujer y embarazo que suponga un riesgo para la salud psicológica de la mujer. La manga ancha y la complicidad de los médicos, es lo que hace que bajo este tercer supuesto practicamente cualquier mujer que lo desee, y que no haya superado un número determinado de semanas de gestación, pueda hacerlo.
Por contra, lo que sí que es un derecho inalienable es el derecho a la vida del ser humano que se está formando en el útero materno. Los que dicen que un bebé puede destrozar la vida a una mujer, se olvidan sistemáticamente de que nadie obliga a las mujeres embarazadas a quedarse con el recién nacido. Es decir, si una mujer española decide abortar, sin estar en ninguno de los tres supuestos ya mencionados, está anteponiendo su comodidad y su "sonrojo" durante los nueve meses que no estará embarazada y el "no dejar cabos sueltos" que puedan llamar un día a su puerta, a la vida de un ser humano y a la felicidad de las familias que se mueren por acogerlo.
Y siendo un poco más radicales, o más maduros, según se mire, si un hombre o una mujer, no es capaz de asumir las consecuencias de según qué actos, entonces que se dediquen a realizar aquellos de los que sí que estén dispuestos a asumir sus responsabilidades. Otro tema diferente, es el de los adolescentes.(Mierda de educación oyes)
1 comentario:
Felicito al Pendenciero por coger al toro por los cuernos en este asunto, pero creo que la citada escoria antisistema se merece un trato mucho más ofensivo que el aquí dispensado.
Sin duda el derecho al aborto en España está legislado de manera generosísima a favor de las víctimas de la LOGSE, y como bien apunta el Sr. Indomable, quien no quiera hacerse cargo de su hijo puede ponerlo bajo la tutela de la Administración.
Mi opninión es que resulta penoso que en el siglo XXI aún no esté claro qué valor asignamos a la vida. Si creemos que la vida es digna de protección, la evolución del feto debería respetarse con independencia de que sea fruto de una violación, de la salud mental de la madre o de los recursos económicos familiares, xq ahí aparece el Estado para hacerse cargo del crío.
Establecer excepciones en el respeto a la vida cuando se habla del aborto no responde a motivos científicos ni racionales, sino simplemente a la comodidad y las pocas ganas de asumir responsabilidades de esta sociedad sedada y apoltronada.
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