Pues sí damas y caballeros. Estoy muy enfadadado. Al borde de la locura. Y mi psiquiatra me ha dicho, que si no descargo toda la ira que mis 26 años de vida han ido acumulando, puedo estallar... y causar de paso algún que otro daño colateral.
Así que me ha dado a elegir. O plantarme en el congreso y apedrear a todo aquel fulano que parezca un diputado (¿He dicho ya que se sacó la carrera en doce años?), o dar rienda suelta a mis más escondidos y oscuros pensamientos a través del noble arte de la escritura.
Como quiera que el congreso me pilla un poco lejos,(afortunadamente para la cabeza de algunos, a más de un tiro de piedra), y que no creo que mi salud mental obtuviese beneficio alguno de una estancia de 18 meses entre rejas, he decidido optar por la segunda opción.
Así que aquí me tienen. Desesperado, aturdido y con mucha mala leche acumulada...y lo que te rondaré morena...
¿Cómo que por qué?






¡Como para no estarlo!
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